Una amiga me platicaba de que no se sentía muy feliz con su vida, deseaba tener una casa propia pero no tenia suficiente dinero, su trabajo no la estimulaba y ella estaba muy estresada.
Entonces le explique que necesitaba cambiar su punto de vista acerca de su realidad y del mundo que la rodea. En la sociedad actual, se concibe al mundo exterior como una aglomeración de objetos sin vida, sin conciencia. Incluso terminamos sintiendo que nuestros semejantes son objetos sin vida, que sólo existen para saciar nuestras necesidades. Para la ciencia, el mundo no es mas que materia y energía, y la materia no es mas que energía entrampada en campos de fuerza atómicos.
Tanto la sociedad, como la ciencia, conciben al mundo como objetos (materia-energía) sin vida y sin conciencia. Ahora detente y observa, observa cuan ordenados son los objetos, observa la belleza de la naturaleza, la perfección del diseño de las galaxias, de las montañas, de las nubes. Según la ciencia, ese orden se debe a el efecto de las leyes naturales, propiamente de las fuerzas naturales (fuerza gravitacional, fuerza electromagnética, fuerza nuclear) que no son otra cosa que la misma materia-energía que forma a todas las cosas y que interacciona entre si para dar forma a la perfección de la naturaleza.
La ciencia tiene razón, el orden hermoso de la naturaleza se debe a el efecto de esas leyes naturales, de las fuerzas de la naturaleza, ¿pero no es acaso ese orden tan perfecto el sello inconfundible de la inteligencia? Científicos de todo el mundo luchan permanentemente por crear una simulación por computadora del diseño de las galaxias, pero son simulaciones burdas, llenas de aberraciones, son tan simples e incompletas, que resulta evidente que toda su inteligencia es ridículamente insignificante, comparada con la inteligencia de las fuerzas naturales.
Si nos basamos a los hechos, resulta que las fuerzas naturales (materia-energía) son infinitamente mas inteligentes que los seres humanos. Esto significa que las fuerzas naturales son conscientes de lo que hacen: los seres humanos hacemos muchas cosas mal, por nuestra falta de conciencia.
¿Acaso los objetos están vivos? definitivamente no, porque si lo estuvieran, estarían buscando de comer y luchando por sobrevivir, los objetos no están vivos, pero eso no significa que no sean conscientes, los objetos están llenos de la inteligencia de las fuerzas naturales materia-energía y están llenos de consciencia, de consciencia de existir, de que ellos mismos existen, ellos se saben existentes, porque sienten el mundo que los rodea, y se sienten a si mismos, pero a diferencia de nosotros los seres vivos, ellos no se ven afectados por la muerte, ellos no tienen que morir, y no porque sean inmortales, mas bien, ellos ya están muertos, y la muerte no tiene ningún significado para ellos.
La vida es una modalidad particular de la consciencia, específicamente la vida es la forma aislada de la consciencia; nuestra vida es un fragmento de consciencia (yo) que ha sido separado del todo de consciencia (universo). La muerte no es la desaparición de la consciencia, sino sólo la desaparición de la vida, lo cual significa que la muerte es el hecho de que una conciencia aislada (vida) pierde su aislamiento, para fundirse con el todo de consciencia (universo).
Ahora examinemos el fenómeno del estres. El estres, no es otra cosa que la incertidumbre (miedo al dolor y la muerte) que sentimos al vernos presionados por el mundo exterior. La presión exterior puede ser de muy diversas índoles, ya sea social (conflictos), biológica (animales, plantas, microbios), física (clima adverso, desasatres naturales).
Desde el punto de vista de la sociedad y la ciencia, esa presión del mundo exterior es fortuita, azarosa (caprichos de la naturaleza), o incluso es malévola, mal intencionada (caprichos de nuestros semejantes). Esta concepción de las cosas surge del hecho de considerar que el mundo que nos rodea es un objeto inútil y tonto que sólo nos estorba, que se ha convertido en nuestro enemigo y que debemos destruir para que nos deje de molestar y "hacernos" infeliz la vida. De ahí nuestro estres.
Un punto de vista mas sano es considerar que la presión del mundo exterior esta planeada a la perfección, con un fin muy preciso: enseñarnos a tener una consciencia mas profunda. Esta concepción de las cosas surge del hecho de considerar que el mundo que nos rodea, esta permanentemente consciente las 24 horas del día, y que todo cuanto hace (incluidos nuestros semejantes), se ajusta perfectamente a nuestras capacidades y posibilidades de desarrollo. Uno siempre tiene todo lo que necesita, esto es cierto tanto como en apoyo (alimento, amor, protección), como en presión didáctica (adversidades, problemas, conflictos, enfermedades, desastres naturales).
Cambiar nuestro punto de vista requiere de un gran esfuerzo premeditado y continuo. Cada vez que nos enfrentemos a nuestras dificultades, debemos dejar de sentir que el mundo es nuestro enemigo y que nosotros somos sus víctimas, en vez de eso, debemos evocar la certeza de que esas dificultades tienen un propósito sagrado: darnos una profunda consciencia de nuestra naturaleza sagrada. El mundo no quiere torturarnos, el mundo quiere enseñar, pero como no queremos escuchar, transformamos la lección que él nos da, en una tortura.
El punto de vista de la sociedad-ciencia nos vuelve demasiado racionales y nos aleja del corazón, ese es el origen de la infelicidad. Sentir que el mundo está consciente y que todo lo planea con la perfección de las fuerzas naturales, nos permite abrir la comunicación entre la mente y el corazón, y nos llena de una confianza muy especial, no es la fe ciega de quien cree que nada le puede pasar, y que como un niño sobreprotegido e irresponsable se lanza a su muerte; es mas bien la confianza de que uno puede amoldarse a la armonía de las fuerzas naturales, y de que en ese acto consciente y responsable de amoldarse a las fuerzas naturales, encontrará la felicidad...
La vida es hermosa desde este punto de vista.